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Esta realidad es fruto del esfuerzo de los universitarios valencianos y las universitarias valencianas a lo largo de la historia, y en especial en estos últimos años. Así, nuestra Universidad ha consolidado una oferta de estudios ampliamente diversificada que se extiende a casi todas las ramas del saber. En ella trabaja un numeroso conjunto de grupos investigadores de la más alta calidad. Se ha dotado de nuevas infraestructuras e instalaciones que han mejorado sensiblemente su actividad y la calidad de vida de los universitarios. Se ha hecho un considerable esfuerzo de comunicación con la sociedad abriendo nuevos espacios de encuentro como el edificio de la sede histórica de la calle de la Nave, el Colegio Mayor Rector Peset o el Jardín Botánico. Se ha mantenido una cultura de participación de todos los estamentos en los diferentes órganos de gobierno de la institución. Sin embargo, esta imagen que presentamos, lejos de invitar a la autocomplacencia, nos sirve como punto de reflexión y análisis de las carencias y deficiencias que aún persisten en nuestra Universidad. Por lo tanto, constituyen también un punto de partida hacia el desarrollo futuro de nuestra institución. En efecto, en este momento los constantes cambios que experimenta la sociedad civil, plantean nuevos retos a los que hay que hacer frente. Para ello, la Universidad tendrá que dotarse de los medios, pero sobre todo de la flexibilidad suficiente para hacer frente a las innovaciones que deberán desarrollarse en la docencia, en la investigación y en la gestión y avanzarse a las demandas y situaciones cambiantes que le plantea la sociedad. Con todo, parecen conjugarse factores que dificultan esa adaptabilidad. Algunos pueden ser superables desde la propia institución; otros, en cambio, quedan fuera de nuestro alcance. En primer lugar, se tendrán que superar las inercias que se dan en nuestra Universidad, como consecuencia de la su complejidad, tratando de implicar a la comunidad universitaria en un proyecto común. El principio de la autonomía universitaria, reconocido en la Constitución Española como derecho fundamental, y tan reclamado en los últimos tiempos, es esencial en este cometido. En segundo lugar, existen factores externos que dificultan este proceso de adaptación constante. El más importante es la modificación del marco legal que ha supuesto la Ley Orgánica de Universidades (LOU), y los cambios que van a tener lugar en la universidad española en los próximos años como consecuencia de la implantación de la misma y su excesivo reglamentismo. Creemos que todo este proceso no facilita la flexibilidad que la Universidad necesita y que la sociedad demanda. Por otro lado, cabe destacar el problema económico crónico que padece la enseñanza superior en nuestro país, con niveles de financiación sensiblemente inferiores a los que aplican países de la Unión Europea. Los procesos de adaptación, renovación e innovación exigen la aplicación de los recursos apropiados, para lo cual es imperativo el que diseñen políticas de financiación adecuadas y sostenidas para el sistema universitario valenciano y que vayan acompañadas de políticas educativas de neto carácter progresista. Dicho todo ello, no es nuestro propósito hacer de esas dificultades coartada para justificar la inacción y el conservadurismo. Permanentemente estaremos reclamando el que los gobiernos actúen en el sentido de superarlas con políticas activas y de progreso. No obstante, creemos que, pese a las dificultades mencionadas, es posible trabajar por un proyecto universitario de futuro que sea capaz de implicar a todos los miembros de la Universitat de València. Las grandes líneas que pretendemos impulsar y mantener son las que desarrollamos a continuación: Una Universitat de València a la vez diversa y cohesionada La realidad de una institución como la nuestra marca singularidades en todos los ámbitos: en las titulaciones, en los procedimientos de llevar a cabo la investigación y en la gestión de centros y servicios. Las consecuencias de la diversidad confieren a nuestra institución uno de sus valores mayores, que hay que preservar con políticas capaces de adaptarse a realidades diferentes. El reconocimiento de esta diversidad y las actuaciones que se derivan de la misma no debe, sin embargo, quebrantar la idea unitaria de la Universitat de València como una única institución ante la sociedad. Es, pues, necesario simultanear las acciones específicas de marcado carácter descentralizador, con políticas de carácter transversal que estimulen la comunicación y la colaboración entre los universitarios y las universitarias, todos ellos y ellas como integrantes de una única Universitat de València, con independencia del centro o campus al que se pertenezca. Una Universitat de València comprometida con la sociedad La transmisión del conocimiento, la generación del mismo a través de la investigación, y su aplicación mediante el desarrollo y la innovación, son los valores que la sociedad obtiene de la universidad. Tan importantes como ellos son el rigor intelectual, el espíritu crítico y de debate, siempre presentes en la institución, que contribuyen a la formación de nuestros estudiantes como ciudadanos y ciudadanas. Pero este compromiso debe llevarse a cabo mediante acciones específicas que incrementen la relación de nuestra Universitat de València con nuestro entorno social de la ciudad y el país. Consideramos que es imperativo que la sociedad valore y utilice el conocimiento y las capacidades de actuación que tiene la Universitat de València en su desarrollo económico y social, y sea consciente también de la alta calificación profesional de nuestros titulados y tituladas. Ello exige políticas activas de comunicación y promoción por parte de la Universitat, a la vez que implica establecer y reforzar las vías de comunicación y diálogo con las instituciones públicas y las entidades privadas de la sociedad valenciana. Dicho compromiso supone necesariamente la presencia de nuestra universidad en la defensa permanente de los derechos de los ciudadanos y las ciudadanas, de los que nos corresponden como individuos, como pueblo y como integrantes de una sociedad democrática. La Universitat de València será siempre un foro abierto al debate y la crítica democráticos. Una Universitat de València que apuesta por la calidad La Universitat de València se sitúa entre las más destacadas universidades españolas, especialmente por lo que respecta a la calidad y cantidad de su producción científica. Sin embargo, este nivel de calidad de nuestra institución no es percibido por la sociedad de nuestro entorno, ni incluso por muchos miembros de nuestra comunidad universitaria. La Universitat de València debe realizar un esfuerzo constante para que la enseñanza, la investigación y la gestión adquieran el nivel de calidad exigible para una universidad moderna y vanguardista en el ámbito europeo. Es indudable que hay que desarrollar continuamente acciones para la mejora en la calidad de la enseñanza. Mediante el recurso a las tecnologías de la información y de la comunicación, la formación permanente del profesorado, pero también con el incremento de la participación del alumnado en su proceso formativo. Todo ello requiere recursos económicos y acciones, que nos esforzaremos por conseguir y llevar a cabo. Evidentemente, el apoyo a la investigación redunda en una mejora general de la calidad de la misma. Se tiene que dar apoyo a la investigación de calidad y desarrollar medidas de apoyo para promoverla. La mejora de la calidad de la gestión constituye un reto para hacer una administración más moderna y eficaz, donde queden establecidas las funciones de los centros, departamentos y servicios, con el propósito de acercar la administración a los administrados. Consideramos que, para ello, es necesario establecer una estructura de gestión descentralizada, incrementar y consolidar el empleo de las tecnologías de la información y de la comunicación, realizar un esfuerzo permanente de formación del personal encargado de la misma y tener en cuenta sus aportaciones, objetivos éstos de nuestra candidatura. Una Universitat de València democrática y participativa Construir el futuro de la Universitat de València es una tarea colectiva, en la que han de participar el profesorado, el personal de administración y servicios y, muy especialmente, los estudiantes, verdadera razón de ser de la Universidad. El gobierno de la Universitat, por tanto, no puede ser sino una proyección de esta voluntad colectiva de construirla. Exige una participación democrática de todos los universitarios y las universitarias como integrantes de sus órganos de gobierno, y también el establecimiento de mecanismos para que la participación alcance a todos los miembros de la comunidad universitaria. Es indudable que la Ley Orgánica de Universidades representa un retroceso sensible en la participación democrática. En este contexto, nuestro propósito será impulsar la configuración de la máxima representación democrática y de las vías de participación en el proceso de revisión estatutaria que la Universitat de València deberá iniciar en breve. Todo ello exige una planificación coherente y reflexiva, ampliamente debatida, por su importancia y las consecuencias que tendrá para a la vida universitaria a corto y largo plazo. Una Universitat de València valenciana y universal La nuestra es una institución comprometida con la sociedad valenciana, con su progreso, con los valores de nuestro pueblo, con la defensa y promoción de su lengua, su cultura y su patrimonio natural. Es éste un compromiso irrenunciable de nuestra universidad y dedicaremos nuestro esfuerzo a fortalecerlo. La Universitat de València, también es una universidad abierta al mundo. Participa como miembro de pleno derecho de la Red Universitaria "Joan Lluís Vives", en la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas y en su homóloga europea. Centenares de sus estudiantes se desplazan anualmente a otras universidades de Europa mediante el programa SÓCRATES. Numerosos investigadores e investigadoras extranjeros vienen a Valencia y un número semejante de miembros del profesorado y becarios y becarias se desplazan al extranjero a realizar proyectos conjuntos de investigación o a ampliar estudios. La Universitat de València tiene también una clara vocación solidaria y año tras año acoge a profesores, profesoras y estudiantes de zonas desfavorecidas. Consolidar este mapa de colaboración y extenderlo a un número cada vez más amplio de personal docente e investigador, estudiantes y personal de administración y servicios. Nos enfrentamos, en conclusión, a una etapa apasionante y decisiva en la vida de nuestra Universidad. La implantación de la Ley de Ordenación Universitaria va a imponer un largo período de desarrollo estatutario y reglamentario, que indudablemente condicionará la vida de la universidad en los próximos años. Sin embargo, el funcionamiento normal de la institución y la puesta en marcha de los objetivos que hemos enunciado en nuestra propuesta y seguidamente desarrollamos, no admiten demora; será necesario, pues, ir desarrollándolos en paralelo con el proceso de elaboración estatutaria. Para hacer frente a este doble reto es necesaria la participación de todos: profesores, profesoras, estudiantes y personal de administración y servicios. Dedicaremos nuestro esfuerzo, nuestra experiencia y nuestra
ilusión a esta doble tarea y a la realización del programa
de actuación a corto y medio plazo que seguidamente desarrollamos.
Esfuerzo e ilusión que deseamos contagiar a toda la comunidad universitaria,
con el compromiso de intentar hacer una UNIVERSIDAD
DE CALIDAD PARA TODOS Y TODAS.
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